Lo que se dice en las mesas: tras la ley Bases, el mercado sigue cauto y no prende el FOMO

Festejo moderado de inversores tras primera ley. 

14.06.2024 | 09:03
Nacionales / Por Roberto Olivera / Fuente: La Noticia On Line WEB

“Aplauso, medalla y abrazo”, pero dicen en el mercado que ahora viene lo mejor ¿o lo peor?, ya se verá, lo cierto es que como era previsible tras la aprobación de la primera ley que logra el Gobierno en el Senado, aunque reste ver qué pasará en Diputados, los inversores celebraron, moderadamente, el triunfo oficialista en el Congreso. Sin duda un gran paso, el primero con visos de terminar bien, pero el tenor de los números económicos, financieros y sociales del país no permiten relajarse ni nada por el estilo.

En las mesas de operaciones, tanto locales como aquellas orientadas a los mercados emergentes, prima un clima de prudencia. No hay todavía ningún aire generalizado del sentimiento FOMO (fear of missing out), en el argot financiero una especie de miedo a perderse algo. Podría decirse que, por lo que se escucha en las mesas y entre analistas profesionales, el sentimiento que impera es de estar atentos. Claro que aislando el contexto idiosincrático el consenso es estar “long” con Argentina pero, los peros son tantos que la sensación térmica es de un mercado atento. El Gobierno recibió una buena mano de cartas, habrá que ver cómo las juega, sobre todo si Diputados le allana el camino.

Descontando el buen dato del IPC de mayo, ya resuenan las advertencias sobre junio que vendría por encima de las proyecciones privadas del mes pasado. Sigue la atención en cómo continuará el Banco Central ganando reservas tras las últimas jornadas para el olvido.

Ahora el Gobierno y el equipo económico deberán enfocarse en mostrar y comunicar cómo sigue este experimento libertario, sobre todo en materia fiscal y monetaria-cambiaria. Es que en materia fiscal, el mercado quiere saber quién la maneja, porque la sanción del proyecto de indexación jubilatoria en Diputados inyectó mucha incertidumbre en ese sentido.

Se habla de niveles de riesgo país de unos 1.000 puntos a fin de año y de 700 puntos para mediados del próximo año, como las metas aspiracionales que debería alcanzar el Gobierno, con miras a los vencimientos de deuda del 2025. Esto a cuento de la actual prima de riesgo país que sigue en 1.400 puntos. Hay mucho para recorrer aún, la cosa no está para descorchar champagne.

En términos de actividad económica la pregunta sigue siendo ¿arranca o no arranca? Economistas de diversas extracciones, aunque más o menos cercanos al oficialismo, dan cuenta que parecen haber señales de que se tocó un piso en abril-mayo donde destacan que la industria y la construcción detuvieron sus caídas en abril luego de meses en rojo y marcaron tenues rebotes mensuales, lo que junto con la cosecha podría ser un escalón para empezar la recuperación.

Pero a la hora de hablar de los números duros, destacan el impacto de la recesión en el mercado laboral que perdió 120.000 puestos de trabajo netos entre diciembre 2023 y marzo 2024, donde los asalariados públicos (-96.000) y privados (-69.000) registraron una pérdida de casi 165.000 puestos mientras que el cuentapropismo sumó unos 40.000 empleos moderando la caída del empleo agregado.

Qué miran los mercados internacionales y el cuentito de Sturzenegger

En lo que fue una semana cargada de eventos, de mayor o menor envergadura -aunque no todavía del nivel al que los ’90 mal acostumbró a los hombres del mercado o de algunos de los días felices de Cambiemos- se destacaron los cónclaves libertarios como el de Cato Institute y el de la ya tradicional EXPO EFI, una especie de las emblemáticas cumbres de ADEBA, FIEL, o del IAEF de los ‘80/’90, pero aggiornada.

Muchos comentarios sobre la Fed y su mandamás, Jerome Powell, que tras uno de los mejores reportes de inflación del año en EE.UU. su rueda de prensa fue un balde de agua fría, sobre todo para las aspiraciones electorales de Biden, manteniendo un tono cauto en cuanto al optimismo con el retroceso de la inflación y apuntando a que solo se verá un recorte de tasas en 2024 pues el Comité no tiene la confianza necesaria para iniciar un camino más agresivo de reducción. Ahora todos esperan el recorte en setiembre.

Estos encuentros, sobre todo el de Cato en el Hilton contó con la presencia de visitantes del primer mundo quienes además de debatir la velocidad de la Fed también comentaban en los coffee break que los mercados también están atentos a los riesgos de una guerra comercial entre la UE y China, los préstamos a Ucrania y el G7 y los fallidos acuerdos de paz entre Israel y Hamas.

Miran además la reunión del banco central nipón (BoJ) del viernes y las conversaciones sobre la reducción de estímulos que perjudican a las acciones japonesas. Claro que el nuevo tema más mencionado fue hasta qué punto otros banqueros centrales pueden distanciarse de la Fed. Comentarios a rolete sobre el estado de ánimo neutral a pesar de los repuntes en Wall Street y datos sobre los flujos de acciones negativos en EE.UU., Turquía y Polonia, mientras que las compras se concentraron en México, Corea y Malasia, eso por el lado accionario, pero en el mundo de la renta fija destacaban la venta de bonos de Corea, la venta de Canadá y la compra de Chile y Argentina.

El encuentro del Cato y la Fundación Libertad y Progreso congregó obviamente a figuras libertarias internacionales y locales, en lo que fue casi una fiesta de celebración del arribo de Javier Milei, como la cabeza de playa en la región, justo cuando se festejaron los 80 años del Día D. En el plano local se vio a legisladores como Luciano Laspina y otros, junto al director de la fundación, Aldo Abram, y obviamente al mentor del Presidente, Benegas Lynch, padre, incluso andaba por ahí al ex funcionario menemista Jorge Pereyra de Olazábal. Además de la plana mayor del Gobierno (Javier Milei, Luis Caputo, Diana Mondino) también participó Federico Sturzenegger, el premio Nobel de Economía James Heckman e investigadores del Cato. Hubo color como el cierre de Marian Tupy, en un perfecto castellano, al grito de “¡Viva la libertad, carajo!”.

 

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