Javier Milei fustigó a la clase política, pero convocó a un pacto refundacional para el 25 de Mayo
El Presidente se postuló a sí mismo como el refundador de la Nación y llamó a la clase política a firmar un nuevo pacto con diez principios económicos.
02.03.2024 | 08:42
Nacionales
/ Por Roberto Olivera
/ Fuente: Ámbito Financiero
En su primer discurso de apertura de sesiones en el Congreso, el presidente Javier Milei se postuló a sí mismo como el refundador de la Nación y llamó a la clase política, a la que se encargó de denostar durante gran parte de su mensaje, a firmar un nuevo pacto con diez principios económicos, en un acto a celebrarse en Córdoba el próximo 25 de mayo.
En la hora y diez que duró el discurso, el Presidente se encargó primero de pintar una herencia económica apocalíptica. Los políticos, los grandes responsables de la debacle. Nada nuevo hasta allí: una repetición del acto de asunción del 10 de diciembre, en aquella oportunidad a espaldas del Congreso. Un escenario acorde al tono mesiánico que adoptó luego, donde Javier Milei llamó a todos los sectores a acompañarlo en su plan refundacional para “pasar a la prosperidad como patriotas”. De no acudir, estarán en la vereda de enfrente y serán parte de la “casta empobrecedora” que recibe beneficios personales. Una divisoria que no acepta desacuerdos, ni opiniones de reparo. Quien no esté en favor de la propuesta de Milei es lisa y llanamente parte de la casta.
Milei jugó sobre esa línea delgada, pidiendo a la clase política que vaya al pie, pero acusando a legisladores, gobernadores, sindicalistas de ser la causa de todos los males, “que se resiste a cambiar, no quiere abandonar los privilegios y no quiere dejar atrás a la Argentina del fracaso”. Un leit motiv que le dio éxitos en la campaña, y que configura su base de sustentación, esa parte de la sociedad que acepta los “sacrificios” y a la que volvió a invocar desde el atril.
En rigor, los dos ejes centrales fueron el paquete de leyes (o decretos) anticasta, y el pacto refundacional que deberá esperar a la fecha simbólica del 25 de mayo. Gana tiempo Milei para esto último. Y volverá a negociar con la política tras el fracaso de la ley ómnibus, pero en tiempos que serán acuciantes en términos de impacto social por el enfriamiento de la economía.
El paquete “anticasta” tiene algunos puntos importantes, como la iniciativa para que los gremios tengan elecciones periódicas y el fin del financiamiento público a los partidos políticos, hecho que abre las puertas un sistema abierto de lobby por parte de los partidos para conseguir financiamiento. Como el que existe en los Estados Unidos. Nada que cualquier argentino de a pie no haya visto, por caso, en la serie House of cards.
Más ambiciosa es la convocatoria al “nuevo pacto fundacional para la República Argentina”. Será en Córdoba, el 25 de mayo, y contaba con el visto bueno del gobernador Martín Llaryora, quien rápidamente celebró el llamado, como luego lo hicieron los mandatarios de Juntos por el Cambio. Una pax con los jefes provinciales tras semanas de alto voltaje, con demandas cruzadas, escraches, acusaciones y el riesgo latente de la disolución nacional. Es lógico, la pelea es más económica que política para los mandatarios: pedían diálogo y Milei los convocó para un paquete de alivio fiscal... a cambio de la Ley de Bases. Plata por leyes: quien aflojó fue el Presidente y puede destrabar así el conflicto.
Por supuesto, en momento tan cambiantes, no se puede garantizar el éxito. Incluso el Presidente mencionó: “No tengo esperanzas, pero tampoco las he perdido”. Antes, había expresado sobre los gobernadores: “Sólo les importa asegurarse la caja para poder seguir con la fiesta del gasto público, la pauta oficial, los recitales de artista con alto cachet y dudosa calidad, los aviones privados y tantos otros vicios a los que nos tienen acostumbrados los políticos hace décadas”.
Los diez puntos están abiertos y se podrán completar luego. En lo que respecta a los gobernadores, hay dos que son centrales: el 5, la rediscusión de la coparticipación federal de impuestos “para terminar para siempre con el modelo extorsivo actual”; y el 6: “un compromiso de las provincias de avanzar en la explotación de los recursos naturales del país”. Vale recordar que los recursos son de las provincias, y a ello apeló el chubutense Ignacio Torres cuando amagó a frenar envíos de petróleo y gas. Pero también está el litio en el centro de la escena, imán ahora de las nuevas inversiones extractivas.
Tampoco se puede negar que Milei mantiene su estilo de choque. “Si lo que buscan es conflicto, conflicto tendrán”. “Avanzaremos ya sea a través de proyecto de ley, de decretos o modificando regulaciones, en el proceso de regulación económica más ambiciosa de nuestra historia; porque si no cambiamos este modelo económico de raíz, la Argentina no tiene futuro”, dijo. Es decir, en caso de no lograr acuerdos, serán medidas unilaterales. La Justicia, así, puede ser clave al final del camino.
Acaso en su ambición reformista, y en el intento de resetear la historia, Milei se termine pareciendo a los políticos a los que él denomina “populistas”. La Nueva Argentina y la elipsis de largos procesos de décadas, negados u ocultados, no es una novedad que instaura el león libertario. Ya ocurrió, ya se vio. Un reinicio de la historia, pero con otros componentes: ahora están basados en la libertad económica, la desregulación al extremo y la minimización del Estado.
Una convocatoria que apuntó principalmente a los gobernadores, pero a quienes les puso condiciones: primero deben firmar la Ley de Bases y apoyar el mega DNU a cambio de un paquete fiscal, de alivio. Y, si no aceptan las condiciones, Milei aseguró que seguirá confrontando: planea conseguir resultados, si fuera necesario, a través del conflicto. Al precio que sea.