Los salarios pierden terreno frente a una inflación que no da tregua: cuánto caerían en el primer trimestre
En diciembre la inflación rondó el 25%, en enero habría sido del 20% y para febrero se espera un nivel similar.
05.02.2024 | 06:32
Nacionales
/ Por Roberto Olivera
/ Fuente: Noticias Argentinas
El presidente Javier Milei destacó que la Argentina logró evitar una hiperinflación y sostuvo que los precios se empiezan a desacelerar. Pero los números están indicando que si bien el costo de vida ya no corrió al 25% en enero, tampoco habría bajado del 20%. Es un nivel altísimo.
En diciembre la inflación relevada por el INDEC fue del 25,5% mientras que para enero se espera un 20%, según consultoras privadas. El dato oficial de enero recién se conocerá el 14 de febrero.
Las consultoras económicas están estimando para febrero un costo de vida del 20%. En marzo podría alcanzar un nivel similar, aunque dependerá de distintos factores, como lo que ocurra con las tarifas de electricidad y hasta dónde llegará la suba en los colegios privados, entre otras variables.
Así, en apenas cuatro meses la escalada de precios ya habrá acumulado un 100%. Lo que se compraba a 1.000 en diciembre, en marzo habrá que pagarlo a 2.000, lo cual tienen un impacto demoledor sobre cualquier economía hogareña. También va destruyendo la capacidad de proyectar variables y producción en el sector privado.
El 2023 cerró el año con una pérdida de poder adquisitivo en el sector formal de la economía que superó el 10%, según cifras oficiales. Mediciones privadas advierten que la pérdida de poder adquisitivo fue aún mayor, porque en el segundo semestre del 2023 se aceleraron las remarcaciones.
El problema con las mediciones -oficiales o privadas- es que la mayoría de los trabajadores está en el sector informal, donde los ingresos son caóticos y muy difíciles de medir, ya que no todos los meses se obtiene lo mismo a cambio de trabajar. Hay 8 millones de trabajadores en negro o monotributistas en la Argentina.
La caída real de los ingresos de los asalariados que comenzó en 2018, prácticamente no varió desde entonces, aunque con diferencias, según el sector de que se trate.
Según el Indec, en noviembre, los salarios en general subieron 9,1% promedio, casi cuatro puntos por debajo del alza del 12,8% que marcó la inflación en el mismo mes.
En ese marco, los ingresos de los empleados del sector privado aumentaron 9,9%, mientras que en el sector público subieron 7,8 % y los no registrados, que representan un tercio de la fuerza laboral, 8,3%. Todos perdieron.
Índice de salarios a noviembre último, según el INDEC.
También en la comparación interanual. En los últimos 12 meses, contra una inflación acumulada de 160,9%, los salarios de los empleados públicos registraron un alza del 157,3%, mientras que los de los privados aumentaron 150,2%, y los ingresos de los trabajadores informales (en la muestra que releva el INDEC) tuvieron una mejora del 101,1%. En el promedio de los tres sectores, el índice general de salarios subió 144,3%.
Los datos reflejan que todos los sectores vienen quedando atrás de la inflación, pero los informales fueron los más rezagados: sus ingresos aumentaron casi 60 puntos porcentuales menos que la inflación. Y aún falta computar diciembre, donde la inflación se disparó al 25,5%.
Además, el Índice de Salarios del Indec mide variaciones porcentuales y no montos nominales promedio de cada sector. Asi, no es lo mismo haber perdido frente a la inflación con un salario superior a los 500 mil o un millón de pesos mensuales, que estar en igual situación con haberes de 200 o 300 mil pesos. El margen de maniobra es mucho mayor en el primer caso.
La caída pronunciada por poder adquisitivo de los salarios deriva en una caída en el consumo: las ventas minoristas bajaron 28,5% en enero, según el relevamiento de la CAME.
Todo confluye hacia un menor nivel de actividad, con la consiguiente posibilidad de cierre de negocios y empresas, y eventuales despidos y la merma de la recaudación de los Estados nacional, provincial y municipal, recursos claves para sostener las responsabilidades básicas de cada Gobierno y destinar fondos para ayuda social, con cada vez más asalariados bajo la línea de pobreza e indigencia. Este problema es el que queda reflejado ahora en la discusión entre Nación y Provincias para coparticipar la enorme recaudación que deja el impuesto PAÍS.
Qué dice el último informe del FMI.
Según el Fondo Monetario Internacional, el costo de vida podría bajar no solo de la mano del ajuste fiscal y la política monetaria, sino también por la caída en los márgenes de ganancia de las empresas "debido a las condiciones de recesión y el levantamiento de las distorsiones del mercado”. También señala que en la Argentina “en los últimos años los márgenes de las empresas subieron fuertemente con relación a los salarios”. Así, la recesión y la corrección de distorsiones, según el FMI, disciplinaría estas ganancias. El Fondo espera que la economía argentina caiga 2,8% en 2024, pero si no se tiene en cuenta el desempeño del campo, la baja sería de 5%.
Según el FMI, los salarios reales, descontando la inflación, se ubican 23% debajo de 2016. Hay consultoras que lo estiman por encima de ese nivel, y los mismo dicen los sindicatos.
El Fondo también castigó la política implementada por la gestión de Alberto Fernández, que se agravó en el último año cuando Sergio Massa se hizo cargo del MInisterio de Economía con el objetivo de intentar ganar la Presidencia.
El FMI advirtió que "la administración previa dejó, además de restricciones en el mercado cambiario, un sistema de prácticas múltiples y extensivas en la economía en el precio del dólar sin precedentes, que llevó a distorsiones severas e incentivos a vivir de rentas”.
Según el economista de la consultora Eco Go, Sebastián Menescaldi, 2021-2022 fueron buenos años en términos de ganancias para las empresas. Y el 2023 no fue tan malo, pese a que cae algo”. Por lo que se ve, no alcanzó. este año las alimenticias, embotelladoras, compañía de productos de limpieza e higiene, están remarcando como nunca. Lo atribuyen al impacto de la devaluación sobre los insumos importados.
Así, la Argentina afronta un encrucijada, ya que los precios le están ganando por goleada a la inflación, y eso provocará una pronunciada suba en el índice de pobreza.