Plan de Pavimentación: En casi 7 años se ejecutaron tan sólo 31 cuadras
Una obra que debería estar pronto a terminar, no alcanza el 40% de avance
13.03.2023 | 07:41
Locales
/ Por Roberto Olivera
/ Fuente: La Noticia On Line Web
El Plan de pavimentación de 80 cuadras, es el intento de continuidad de una política en materia de obra pública que comenzó con la gestión municipal previa a la asunción de la Dra. Daniela Qüesta.
Es de esperar que quien suceda a la actual intendenta, termine este malogrado plan de obra e inicie otro, consolidando la pavimentación de calles como política de Estado.
Normativa vigente. La génesis.
La ordenanza nº 3156 que dio lugar al plan de pavimentación municipal actualmente en marcha, fue sancionada el 21 de junio de 2016 por el Concejo Municipal y promulgada 6 días más tarde por el Departamento Ejecutivo Municipal.
Luego del período de oposición a la obra, que debe ser abierto obligatoriamente, la misma tuvo el camino expedito para iniciarse.
En la primera versión de la ordenanza, se contemplaba la pavimentación de 67 cuadras. Luego, las sucesivas modificaciones introducidas (en virtud del trabajo incesante de un vecino de Barrio Favaloro, Manuel Martínez, quien se encargó de ir casa por casa recolectando firmas de vecinos y vecinas), posibilitaron llevar el número a 76 y luego a 80 cuadras, quedando distribuidas en 8 sectores.
Estos ocho sectores se iban a pavimentar en un orden que iban a determinar los sucesivos sorteos a realizar por el municipio. De los sorteos no participó el sector 6 por una cuestión estratégica evidente, ya que entre sus calles estaban los accesos al Samco local, lo cual motivó que se pavimentara en primer lugar. Tampoco participó inicialmente el sector 8, ingresado posteriormente por las modificaciones introducidas a la ordenanza original. Luego, este último grupo también comenzó a ser considerado en los sorteos.
Hoy, a casi 7 años de comenzada la obra se han ejecutado íntegramente 31 cuadras, si es que (cruzamos los dedos) confiamos en la información suministrada por el área de prensa municipal en los últimos días.
Allí se menciona textualmente: “El primer sector beneficiado, denominado Grupo 6, abarcó un total de 10 cuadras y fue seleccionado por su importancia como vía de acceso al Hospital SAMCO.
Luego, mediante sorteo público, se definió al Grupo 1 como segundo sector a pavimentar, compuesto por 14 cuadras distribuidas en las vecinales Sarmiento, Sargento Cabral, San Martín, 7 de Marzo y General Paz.
El último sector ejecutado fue el Grupo 5, integrado por 7 cuadras ubicadas en la Vecinal Favaloro”.
Hasta aquí llegó la obra al día de hoy.
La expectativa vs La realidad
El compromiso asumido por la intendenta municipal, Dra. Daniela Qüesta, fue el de realizar una cuadra y media por mes. En reiteradas oportunidades lo ha manifestado públicamente y, en base a esa promesa, esta obra ya debería haberse terminado o estar en el tramo final de ejecución.
En diversas entrevistas que hemos podido corroborar, habla de ese ritmo de obra.
La realidad fue otra. Se hizo apenas un poco más de media cuadra por mes. No se alcanzó ni siquiera al 40% de ejecución total de la obra.
Esa es la razón del mal humor social reinante entre los vecinos y vecinas que debían ser beneficiados por esta obra tan importante para el progreso del barrio y la ciudad. Mal humor persistente, incluso entre quienes ya gozan de una calle pavimentada frente a su domicilio. Obra que, además, es por contribución de mejoras.
Las excusas
Si bien una de las respuestas recurrentes de la gestión municipal para explicar el actual estado del Plan de Pavimentación es el tiempo pandémico, hay que decir que la obra presentaba un notable atraso antes de la crisis sanitaria mundial.
De todas formas, al momento del análisis, hay que incluir esta circunstancia que prácticamente paralizó al mundo.
Otro aspecto a tomar en cuenta para buscar el promedio de ejecución es el conformado por los meses de inactividad obligada por las altas temperaturas, que torna inhumano el trabajo con el hormigón. Estos meses son Enero y Febrero de cada año.
Estas dos situaciones son excusas válidas y comprensibles.
El problema está constituido por los demás meses del año en que sí se hubiera podido trabajar y los años en que no hubo pandemia.
Es allí donde se hace ostensible la deficiente gestión de la obra por parte del gobierno municipal.
Es una obra que ya debería estar pronto a terminar y sin embargo no alcanza el 40% de ejecución
Si tomamos como mes de inicio el de julio de 2017, momento en el que ya se trabajaba en los accesos a la escuela Simón de Iriondo y al Samco local, tenemos una primera ecuación que nos arroja hasta marzo de este año, 67 meses. Este número surge de no contabilizar los meses de Enero y Febrero, que por las altísimas temperaturas que reinan en la zona habitualmente, hace inhumano el trabajo de pavimentación con hormigón.
A este número hay que restarle los 18 meses de pandemia, donde se paralizó el mundo.
Esto nos arroja un número final de 49 meses aprovechables para pavimentar.
Si tomamos la promesa de la Intendenta Qüesta, de pavimentar una cuadra y media por mes, tenemos que al día de hoy deberían estar pavimentadas 73 cuadras y media, con lo cual estaríamos en la antesala del final de ejecución. Sin embargo, a duras penas se ha alcanzado el número de 31.
En definitiva: el promedio mensual es de poco más de media cuadra por mes. Esto implica que Santo Tomé ha perdido a razón de una cuadra pavimentada por mes en lo que va de la ejecución de la obra.
La lluvia
Si hay alguien tentado a sugerir que faltan contabilizar los días de lluvia que impiden los trabajos previos sobre el terreno, hay que decirle que esa contingencia ya está prevista en el cálculo del promedio de cuadras por mes.
No hacerlo, desnudaría un problema más serio que el de la mala gestión de una obra pública.
Una oportunidad desaprovechada
Realmente cuesta entender cómo una obra que debería ser emblema de una gestión y su puerta de ingreso al reconocimiento de la ciudadanía, no es más que otra muestra más de la innumerables dificultades que ha presentado el gobierno municipal a la hora de gestionar la ciudad.
Una verdadera pena.